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domingo, 14 de noviembre de 2010

Tanto dolor que hace reír. Luis García Berlanga

Se ha muerto quien a mi gusto mejor ha sabido reírse de las tristezas y miserias de la vida. Buñuel tenía humor en su situaciones burlescas pero no era la materia prima con la que se valía para armar sus "misterios religiosos", en cambio Berlanga sabía izar la ironía y llevarte sobre las olas hasta descubrir nuevos continentes. Sólo enumerar tres de sus películas lo ubica en la historia del cine entre los maestros dignos de llevar aureola: Bienvenido Mister Marshall, El Verdugo y Plácido. Esta última, me entero hoy, fue nominada al Oscar 1963, estatuilla que ganó ese año, 8 y medio, de Fellini. Visto ahora, a la distancia, no sé si te cambio una figurita de Plácido por, 8 y medio, sin que ésto se interprete como un menoscabo al gran Fellini, que tiene en su filmografía, sin dudar, las figuritas más díficiles y excepcionales de ese gigantesco álbum que es el cine.
España tuvo en los 80 una especie de Berlanga, en Almodovar, o por lo menos yo lo veía así, hasta que sus historias se fueron volviendo tristes y como es lógico comenzaron a gustarle a los norteamericanos. De melodramas pasaron a ser dramas. Así, el Almodovar de las historias raras pasadas por el tamiz de su mirada incisiva, y ese humor de disparate. pasó a contar historias raras, con algunos momentos brillantes, pero sin ese fuego de las primeras que no vamos a exagerar diciendo que eran obras maestras pero parecían ensayos previos de la obra maestra que, a mi buen saber y entender, no ha terminado de cuajar. Para mi la mejor película de Almodovar sigue siendo Atame. Pero todo esto para decir que Almodovar no es Berlanga y Berlanga no es Almodovar. Y aunque parezca mentira, Berlanga fue sexualmente para España más liberador que Almodovar,. Pedro acompañó un proceso que fue Luis quien empujó y cultivo semillas de liberación en la dura tierra franquista. Con sus textos siempre picantes, que lo hacía tan parecido a los personajes de Buñuel interpretados por Fernando Rey y, a propósito, ¡qué parecido salió Berlanga en esta foto de arriba a Fernando Rey!.
Bueno, sólo resta saludar al gran director que cierra su filmografía, en realidad sufría de Alzheimer así que esa cabeza ya hacía tiempo que había clausurado el escritorio. Despedir al recopilador de textos eróticos y pornográficos y como homenaje resucitador recomiendo volver a ver Plácido, y por supuesto, El verdugo.

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