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jueves, 29 de noviembre de 2007

Noche de Mona Jiménez


Es un pequeño misterio la relación que se entabla con la Mona. Es cierto que hay un lugar, una hora, un estado para que esa relación sea explosiva y el Luna Park, del miércoles 28 de noviembre, no fue para mí el mejor espacio para que se produjera esa sensación. Sólo por momentos pude sentir esa vibración que desata al bailar el prócer cordobés. Pensaba en el  folklore que se escuchaba en el interior hace más de 60 años y que para muchos puristas le fue robado al pueblo por las grabadoras y las radios de las ciudades capitales. No estoy de acuerdo. En realidad ese folklore era la expresión aceptada por el "buen paisano" en una sociedad patriarcal y estratificada. Hoy, el negro se liberó de tantas formas y adoptó todas las formas juntas con la condición de que la música se vuelva baile sensual. El cuarteto parece reunir en su partitura y ejecución todas las formas musicales desde Centro América hasta acá mezcladas, y su baile, el del cuarteto, además de atractivo estéticamente es la regresión a la persecusión del sexo del hombre al sexo de la mujer. A veces pienso que hasta en las tribus del amazonas juzgarían ese baile excesívamente sensual. Es cierto que las letras son tan directas que buscan la rima más simple, casi el ripio, o directamente no la tienen en cuenta. aunque si se busca hay tanta poesía española como coro ebrio de hinchada: "Con una agujita de oro, te descorazonaré/Con una agujita de oro, te descorazonaré/Y prendida tú en mi pecho, como una rosa te llevaré./Y prendida tú en mi pecho, como una rosa te llevaré", es la expresión más simple y amorosa.
Algo que también advertí anoche es la absoluta prescindencia de la música que puede llegar a tener los temas de La Mona cantados por él, quiero decir, que gran parte de sus canciones son dichas no cantadas. Una forma de cantar a capella que por supuesto debe estallar en algún momento para que entre el ritmo bailantero. Creo que esta letra es más dicha que cantada y al mismo tiempo muestra otra característica de La Mona, su capacidad para contar hasta los problemas más íntimos de su vida hasta convertirlos en una confesión y crónica de lo que le ocurrió en una patinada que se mandó como marido:
"Me hice un pecador/haciendo trampa en esta vida/que me olvidara de su amor/no hiciera caso al corazón/que a cambio fuego me darías. /Contigo me fuí a vivir/y abandoné un día a Juanita/cambie el amor por la pasión/guarde en un cofre el corazón/pero el fuego se termina./
Y se me parte el bobo en dos,/Y se me parte el bobo en dos/si supiera que me ama/buscaría a Juanita./ Aquello si era amor/y no pasión de algunos días/se paga fuerte el error/cuando uno olvida el corazón/y le hace caso solo al cuerpo. /Y me dejé por ti llevar/y abandoné un día a Juanita/lo nuestro nunca fue amor/por eso hoy te digo adiós/y cada uno con su vida. /Y se me parte el bobo en dos,/Y se me parte el bobo en dos/si supiera que me ama/buscaría a Juanita".
Para los que no lo saben, La Juana es la esposa y madre de los hijos de La Mona, su manager, consejera y vestuarista.
Un dato alarmante que anuncia el paso del tiempo. La Mona ya no se mueve como hace unos años, no sólo él no baila tanto, yo tampoco.

Dos años sin comer, nueve meses sin ingerir líquidos

Un verdadero caso para Chiche Gelblung. Este muchacho ha descubierto que se puede vivir del aire. En realidad se alimenta de Prana, una especie de energía de origen cósmico. Prana a la mañana, mediodía y noche y, como vemos, un poquito de calor de una fogata parece dejarlo pipón para ir a dormir a la noche. ¿Se imaginan el ahorro que significa no comer por dos años? Las preguntas que quedan son muchas: ¿En dos años no ha ido al baño? En dos años por la falta de uso el estómago se debe haber reducido al tamaño de un maní. No quiero pensar en lo que se han convertido sus intestinos, oscuros y deshabitados. Pero en fin, no debería extrañarnos se trata de otro personaje más de Capilla del Monte.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Sólo para tus ojos


Del lugar donde se grabó este video tengo esta excelente foto tomada de día. Se pueden ver las filas de palmeras y queda sobre la Avenida Pueyrredón. Su fachada da a las Gemelas y por supuesto al Uritorco.
Pero quizás esto impresione más y sirva como la gran prueba que faltaba así nos dejamos de jugar a las escondidas.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Algo sobre los blog, la mentira y la verdad.


Pensaba que estos espacios, los blog, son como diarios abiertos al infinito, y como tales son tan insinceros como un deseo en voz alta. De alguna manera en ellos mostramos nuestras "partes" mostrables y ocultamos todo lo demás en el frezzer de nuestra mala conciencia; igual que los diarios íntimos, las editoriales, los documentales y hasta los informes técnicos, para no hablar de los informes económicos. Como siempre la única verdad es la ficción. "Cuéntame un cuento y me dirás quién eres".
La imagen: El conde de Saint Germain, el gran mentiroso, tanto que aún muchos creen que sigue vivo y de hecho sigue publicando libros.

Córdoba frente al mar


Ayer presencié una obra de teatro leído. Se trató de Córdoba frente al mar, escrita por Claudio Ferrari. Me gustó esta modalidad del teatro leído que me recordó mi infancia cuando escuchaba obras de teatro por radio y también me gustó el texto de Ferrari. Tres hermanas solas, dos de ellas intentando armar un pasado algo digno y recordable de un padre ausente, y la otra, la mayor, forzándose por no recordar lo ocurrido en la realidad, protegiéndolas de un pasado que, como un derrumbe finalmente caerá sobre las tres.

jueves, 8 de noviembre de 2007

Ayer hice mi primer amigo virtual en Second Life.




En realidad hace días le propongo amistad a diferentes personas, pero ayer estuve charlando largo y tendido con alguien que me dio mucha información y también me ofreció su amistad. Lamentablemente no saqué ningúna foto pero de haberlo hecho se hubieran dado cuenta de lo lejos que está este amigo de la imagen ideal que uno se hace de quienes cree ser parte de un mismo espacio. De todos modos, con mi habitual desconfianza, creo que fui parte de un experimento para conocer el grado de tolerancia que tenemos ante aspectos extraños. Es que este amigo, realmente, era raro: tenía cuernos de cabra bastante incómodos, supongo, a la hora de lavarse la cara. En la foto de la izquierda, mi avatar, está haciendo un jarrón en alfarería. Mientras a la derecha estoy departiendo con un grupo de desconocidos con extraños peinados y una charla que parecía bastante aburrida, casi una conversación de ahumados.
Ah, al amigo lo hice en un barrio llamado Argentonia.